Los principios fundamentales de la cicatrización

Aunque los pacientes que sufren una herida desean que se cure lo antes posible, los tiempos de cicatrización de las heridas pueden ser más o menos largos y variar, dependiendo del paciente. Los tiempos varían en función del tipo de herida (aguda o crónica, superficial, profunda), pero también según el estado general del paciente, sus hábitos y estilo de vida.

Las heridas agudas y crónicas tienen distintos tiempos de cicatrización. Las heridas agudas (quemaduras, cortes, arañazos, etc.) se curan de forma más rápida (en unas 2-4 semanas) que las heridas crónicas, que suelen tardar  de media 210 días, casi 7 meses. El tiempo medio de cicatrización es de 210 días1, lo cual equivale a casi 7 meses. Las heridas crónicas suelen estar relacionadas con una enfermedad subyacente como la diabetes, o la insuficiencia venosa o arterial, que han de tratarse al mismo tiempo. 

El proceso de cicatrización se puede dividir en 3 fases, cada una de las cuales desempeña un papel fundamental en el camino hacia la cicatrización. 

Las 3 fases de la cicatrización:

          1 / Fase de desbridamiento o limpieza

Inmediatamente después de que se produzca la herida, se pone en marcha un importante mecanismo celular. En primer lugar el cuerpo desencadena un sistema de reparación de emergencia para frenar la hemorragia y evitar la pérdida de sangre. Posteriormente,  Comienza un proceso de limpieza «fisiológica». La herida elimina por si misma el tejido desvitalizado que ha dejado de desempeñar su función de protección en el organismo Esta fase inflamatoria resulta aún más evidente en las heridas crónicas. La herida puede estar cubierta por una capa amarillenta (fibrina), que precisa de un tratamiento local adecuado para la retirada de este tejido.

       2 / Fase de granulación o regeneración

El proceso de reparación continúa con este nuevo paso. La herida adopta una apariencia más granulosa. De hecho, aparecen un sinfín de pequeñas formaciones en forma de «frambuesa» (tejido de granulación), que irán rellenando la herida gradualmente. Su aspecto rojizo y brillante se explica por la intensa producción de colágeno y la producción de nuevos vasos sanguíneos por parte del organismo.

       3 / Fase de epitelización

Poco a poco, comenzando por los bordes, la herida se va contrayendo para, finalmente, cerrarse. Parece más seca. Posteriormente, comienza a formarse piel nueva, rosácea y delgada al principio, hasta que cubre la herida por completo y se convierte en una cicatriz. A menudo, la cicatriz tiene un color más claro que el tejido circundante, hasta que las células cargadas con melanina, responsable de la pigmentación de la piel, comienzan a hacer su trabajo meses después.

En las semanas posteriores a la cicatrización es recomendable evitar la exposición al sol de la nueva epidermis.

¿SABÍAS QUE…? Las cicatrices son fans de la hidratación

Tras el largo proceso de reconstrucción, la piel se merece un poco de atención. Además de mantenerlas fuera del alcance del sol (SPF 50 en todo momento), a las cicatrices les gusta la hidratación. La aplicación diaria de crema hidratante nutre la piel y «relaja» la cicatriz. No es necesario presionar fuerte. Un movimiento circular, suave y repetitivo hasta que la piel absorba la crema es suficiente para disfrutar de sus efectos beneficiosos.

 
1-Munter K, Maume S, Augustin M, Senet P, Kérihuel J. The reality of routine practice: a pooled data analysis on chronic wounds treated with TLC-NOSF wound dressings. JOURNAL OF WOUND CARE. 2017;(2)