Úlceras por presión

Las úlceras por presión son frecuentes en personas encamadas que están inmovilizadas durante largos periodos de tiempo. Las úlceras por presión en España afectan al día a más de 90.000 personas (el 20% <65 años) que reciben atención domiciliaria, cuidados en residencias o son atendidas en centros hospitalarios (1). Se trata de una herida que requiere un cuidado frecuente, que puede tardar varios meses en curar y que afecta, principalmente, a pacientes de edad avanzada

 

¿Qué es una úlcera por presión?

Una úlcera por presión es una herida crónica que aparece cuando se está sentado o tumbado durante un periodo de tiempo  prolongado ejerciendo presión sobre las zonas que soportan el peso. Esta presión que comprime el tejido entre dos superficies  duras impide que la sangre circule con normalidad, lo que reduce el suministro de oxígeno provocando daños en el tejido y, que como consecuencia provoca la aparición una herida. 

En el 80 % de los casos, las úlceras por presión aparecen en el sacro y en el talón, principales zonas donde descansa el peso de pacientes discapacitados o pacientes con movilidad reducida. La herida también se puede producir en codos, omóplatos o en la parte posterior de la cabeza.

Las úlceras por presión se clasifican en función de su profundidad y posibles complicaciones.

  • Fase 1 : Enrojecimiento persistente. La fase I de una úlcera por presión es la aparición de un enrojecimiento que no desaparece al ejercer presión sobre la zona. La piel aún no se ha roto y, por lo tanto, aún no es una herida.  En esta fase se recomienda comenzar con un  tratamiento específico para proteger y reforzar la zona de riesgo. En este caso, es aconsejable evitar masajear la zona, ya que podría agravar la situación.
  • Fase 2 : Erosión de la epidermis y la dermis. Ya se ha formado la herida, hay una pérdida de la capa superficial de la piel.
  • Fase 3 : La epidermis, la dermis y la hipodermis ya están afectadas. Puede aparecer tejido (negro) necrosado y costras. A tener en cuenta: la úlcera por presión siempre parece más pequeña en la superficie de lo que es a mayor profundidad.
  • Fase 4 : Úlcera por presión profunda. Puede existir necrosis profunda con posible afección de huesos, tendones y músculos.

Factores que fomentan la aparición de úlceras por presión:

  • Falta de movilidad y motricidad deficiente
  • Edad del paciente. A pesar de que las úlceras por presión pueden aparecer en niños, los pacientes de más de 70 años corren un riesgo especial.
  • Malnutrición
  • La calidad de la piel. Cuanto más final sea, mayor será la sensibilidad a la fricción, la fuerza de cizalla y a la presión.
  • La incontinencia, que provoca una humedad permanente y hace que el tejido se vuelva frágil debido a la maceración.
  • Falta de sensibilidad. El paciente (a veces por problemas neurológicos) no siente dolor y no tiene el reflejo de cambiar de postura. Además, el propio proceso de envejecimiento puede producir una pérdida de sensibilidad a la presión, el tacto y la temperatura.

Tratamiento de las úlceras por presión

El tipo de tratamiento depende de la fase en la que se encuentre la úlcera por presión (lesión reversible o irreversible), ya que esto afectará a la probabilidad de cicatrización de la misma.

Si existe una lesión visible, debería protegerse con el apósito adecuado.

Cuando están afectadas tanto la epidermis como la dermis, el personal de enfermería deberá limpiar y curar la herida, haciendo un seguimiento adecuado para evaluar su evolución.

Independientemente de la fase en la que se encuentre la úlcera por presión, el tratamiento se ha de iniciar lo antes posible

Con independencia de la gravedad de la úlcera por presión, lo primero que hay que hacer es eliminar la presión. Para ello se deben realizar cambios posturales del paciente cada 2 ó 3 horas, podemos utilizar protecciones locales o superficies especiales de alivio de la presión como colchones antiescaras, por ejemplo, que permitirán aliviar y distribuir la presión en las zonas de alto riesgo. El tratamiento debe ir acompañado de unas pautas nutricionales adecuadas y una gestión de las distintas comorbilidades.

¿Y después?

Sólo dos horas sin movernos son suficientes para que aparezca una úlcera por presión. Las siguientes medidas de prevención resultarán útiles a los pacientes y a  sus cuidadores:

  • Examinar siempre las zonas del cuerpo en las que es más probable que aparezcan úlceras por presión (zonas que soportan el peso).
  • Mover al paciente, y cambiarlo de posición con la ayuda de una enfermera o un fisioterapéutica si es necesario
  • Realizar un aseo completo al paciente al menos una vez al día y limpiar la zona perianal cada vez que el paciente vaya al baño. Usar productos que no sean agresivos para la piel.
  • Evitar usar tejidos áspero para secar la piel. No frotar, sino hacerlo a pequeños toques. Es muy importante asegurarnos de realizar un buen secado para evitar que la presencia mantenida de humedad en una zona macere la piel y provoque una úlcera por humedad.
  • Realizar cambios de sábanas y ropa de cama  de manera habitual.
(1) Referencia