Úlcera de pierna

¿Qué es una úlcera de pierna?

Situadas en el tercio inferior de la pierna (por debajo de la rodilla), las úlceras de pierna se consideran heridas crónicas sino han cicatrizado una vez transcurridas 6 semanas.

Las heridas pueden haber sido provocadas por un golpe, al rascarse o incluso aparecer por sí solas.

Las úlceras de la pierna pueden adoptar distintas formas.

  • Las úlceras venosas de pierna (70 % de los casos) están relacionadas con la circulación venosa, son consecuencia de padecer insuficiencia venosa crónica que afecta al correcto retorno venoso de la sangre al corazón. En la mayoría de los casos, la herida es superficial y presenta bordes irregulares e inflamados. Es dolorosa y suele estar ubicada en la zona supramaleolar interna.
  • Úlceras arteriales de pierna (10% de los casos): están relacionadas con una afectación a nivel arterial. Comienzan generalmente con bordes irregulares localizadas en maléolo externo y zona distal del pie. En este tipo de heridas puede aumentar su profundidad gradualmente, por lo que puede llegar a existir exposición de tendones y huesos. Suelen ser heridas muy dolorosas.
  • Las úlceras mixtas de la pierna: se caracterizan por tener componente venoso y componente arterial, por lo que pueden presentarse signos y síntomas de ambos.  

Existen otros tipos de heridas de pierna mucho menos frecuentes que también es necesario tener en cuenta: úlcera hipertensiva de Martorell, lesión tumoral…

¿Cómo surgen las úlceras venosas?

Una úlcera venosa de pierna es el resultado de una insuficiencia venosa crónica, que impide que la sangre fluya normalmente por las venas de la pierna de regreso al corazón. Al quedar bloqueada su trayectoria habitual, la sangre se estanca en las venas de la pierna comenzando a dañar el tejido y a romper la piel.

Existen varios factores o malos hábitos que pueden también provocar úlceras de la pierna:

  • Antecedentes de venas varicosas o trombosis venosa profunda.
  • Falta de ejercicio físico.
  • Hipertensión arterial/diabetes.
  • Sobrepeso/obesidad.
  • Abuso del alcohol/drogas.

¿Cuál es el tratamiento de una úlcera venosa de pierna?

No existen úlceras pequeñas. Tan pronto como notes la aparición de una herida o si tienes cualquier duda, ponte en contacto con tu médico o enfermera lo antes posible. Cuanto antes trates la herida más rápido cicatrizará.

Las úlceras venosas de pierna, deben recibir tratamiento médico. El tratamiento comienza, generalmente, con una limpieza en profundidad de la herida con  agua y jabón o solución salina, si existe necesidad de desinfectarla se puede aplicar un antiséptico. Es esencial aplicar un apósito que nos ayude a tratar la herida localmente para que cicatrice lo antes posible.

Finalmente, el tratamiento debe incluir el uso permanente de vendas de compresión adecuadas durante el proceso de cicatrización, seguido de un uso de por vida de medias de compresión. Estas mejoran el retorno venoso y ayudan a evitar que vuelva a aparecer la úlcera.

El uso de terapia compresiva efectiva puede evitar la recurrencia de las úlceras hasta en un 90%, sin ella, la tasa de reaparición de las úlceras puede alcanzar un 97%.

En el caso de una úlcera mixta de pierna (tanto venosa como arterial), la compresión puede estar indicada, pero siempre con menor presión que con una úlcera venosa. Dependerá del grado de arteriopatía asociada.

La compresión no está indicada en úlceras arteriales.

Evitar la recurrencia de las úlceras

Cuidar tu salud y tu estado físico es la mejor manera de evitar que se vuelva a producir una úlcera de pierna. Para hacerlo debes asegurarte:

Algunos consejos de educación sanitaria son:

  • Evitar cruzar las piernas cuando estás sentado.
  • Evitar baños calientes.
  • Utilizar medias de compresión.
  • Utilizar calzado cómodo, antideslizante.
  • Hidratar periódicamente la piel.
  • Llevar una dieta saludable (fibra, proteína, vitaminas, etc.) y un estilo de vida saludable (beber mucha agua, dejar de fumar).
  • Evitar ganar peso.
* (1) Documento consenso CONUEI 2018
Jones JE, Nelson EA, Al-Hity A. Wounds Group. Enero de 2013

Quemaduras

la brulure définition et explication

Habitualmente las quemaduras se generan en accidentes domésticos que suceden, principalmente en la cocina o en el jardín. En casi la mitad de los casos, las quemaduras han sido provocadas por el contacto directo con fuego o un líquido/ objeto caliente. En cambio, las explosiones, las quemaduras químicas y la exposición a la luz o la radiación son mucho menos habituales. El brazo es la parte del cuerpo humano que  se ve afectado con mayor frecuencia por las quemaduras, seguido de la cabeza y las piernas. Las quemaduras también pueden tener como resultado efectos funcionales, estéticos y psicológicos. Además el riesgo de que una quemadura se infecte es alto.

¿Qué es una quemadura?

Una quemadura es, ante todo, una lesión de la piel que en ocasiones afecta al tejido subyacente.

Existen cuatro tipos en función de la causa que la produce:

  • Térmica, se produce tras el contacto con un sólido (brasas, hierro caliente, horno, etc.), líquido (agua/aceite hirviendo/hidrocarburo en llamas) o tras una explosión. Como consecuencia, la piel queda parcial o totalmente destruida. Sin embargo, el frío intenso  también puede provocar quemaduras.
  • Química,  provocada por un producto cáustico (ejemplo: ácido).
  • Eléctrica, provocada por el contacto con una corriente o un arco eléctricos.
  • Radiación, fundamentalmente radiación ultravioleta solar, rayos X o radiación nuclear.

¿Cómo se valora la gravedad de una quemadura?

La gravedad de la quemadura cutánea3 depende de tres criterios principales: su profundidad, su extensión en el cuerpo y su localización.

    ¿Cómo se valora ?

Les degrés de la brulure

 

Utilizamos tres términos para describir la apariencia de la piel y sus lesiones.

  • Quemadura de primer grado: enrojecimiento muy pronunciado que provoca dolor moderado y solo afecta a la capa superficial de la piel. La piel permanece intacta en sus otras capas. Un ejemplo típico son las quemaduras solares.
  • Quemadura de segundo grado-superficial: aparición de ampollas que contienen un fluido claro, un signo de que la epidermis ha quedado destruida casi por completo. La herida es  roja y dolorosa.
  • Quemadura de segundo grado profunda: aparecen múltiples ampollas inmediatamente. No obstante, resulta menos dolorosa puesto que las terminaciones nerviosas han quedado destruidas. La herida tiene un color rosa  blanquecino.
  • Quemadura de tercer grado: de color marrón, blanco o negro e indolora. La epidermis y la dermis quedan totalmente destruidas.

¿Cómo se valora el alcance de una quemadura?

Se calcula como un porcentaje  de la superficie del cuerpo. También se pueden calcular utilizando la palma de la mano, que representa el 1 % de la superficie del cuerpo.

   – Ubicación

Hay algunas zonas que merecen especial atención, en particular la cara, las manos, los pies y el perineo.

También se tienen en cuenta otros factores como la edad de la persona (niños menores de 5  años o adultos de más de 60 años) y también si la persona sufre una enfermedad crónica (insuficiencia cardíaca, insuficiencia respiratoria o diabetes, por ejemplo).

Si la quemadura presenta uno de estos criterios de gravedad, llama al 112.

¿Cómo se debería tratar una quemadura?

Una quemadura es una lesión de la piel. Su  tratamiento local inicial tiene como objetivo  restablecer el tejido cutáneo y cualquier posible efecto secundario.

A pesar de que las quemaduras de primer grado curan de forma espontánea (tras pelarse levemente), las quemaduras de segundo  y tercer grado necesitarán tratamiento específico que deberá dispensarlo un profesional sanitario.

   – Qué hacer primero

Si la ropa de la persona cubre la zona afectada, no retirarla bajo ninguna circunstancia. Corres el riesgo de levantar la piel si está pegada. Cabe destacar que una quemadura grave puede producir hipotermia (escalofríos)  puesto que la barrera cutánea ya no desempeña su función protectora.

   – Crear un entorno propicio para la cicatrización

Una quemadura de segundo grado necesita un apósito no adherente para fomentar la cicatrización. Esta protección también previene el riesgo de infección.

De hecho, mantener la herida en un ambiente húmedo garantiza una cicatrización óptima, además será necesario realizar cambios de apósito cada 2 o 3 días.

En el caso de una quemadura de tercer grado se aconseja un injerto de piel total o parcial. Por lo tanto, las quemaduras de segundo y tercer grado deben tratarse en un centro especializado.

Por este motivo, los tiempos de cicatrización varían  según el grado de la quemadura.

  • Quemadura de primer grado: de 3 a 4 días.
  • Quemadura de segundo grado (superficial): de 10 a 15 días
  • Quemadura de segundo grado (profunda): de 15 a 20 días
  • Quemadura de tercer grado: cicatrización a largo plazo, a menudo precisa un injerto.

¿Y después?

Es necesario controlar en todo momento la cicatrización. Sino se observa mejora tras varios días o si aparecen nuevos síntomas, habla con la enfermera o acude al médico.

Además, asegúrate de no exponer la cicatriz al sol durante al menos 6 meses.

Referencias:
(1)Víctimas de quemaduras hospitalizadas en Francia en 2014 y su progresión desde 2009. Estudios y ensayos. Santé Publique France. Junio de 2018. Disponible en: https://www.santepubliquefrance.fr/maladies-et-traumatismes/traumatismes/brulures/documents/rapport-synthese/les-victimes-de-brulures-hospitalisees-en-france-metropolitaine-en-2014-et-evolution-depuis-2009
(2)Informe anual sobre la epidemiología de las quemaduras en Francia. 2008. http://www.sfb-brulure.com/index.php/documentation/epidemiologie.html
(3)Assurance Maladie. How to rapidly assess the severity of a burn? Website Ameli-sante.fr 2015. Disponible en: http://www.ameli-sante.fr/brulures/comment-reconnaitre-rapidement-la-gravite-dune-brulurenbsp.html.

Heridas quirúrgicas

¿Qué es una herida quirúrgica?

Las heridas quirúrgicas se clasifican en dos tipos, son fácilmente identificables y tienen que ver con el tamaño de la incisión y su ubicación:

  • Herida quirúrgica cerrada con sutura simple (cicatrización por primera intención ). Se trata de una herida cuyos bordes se cierran en quirófano utilizando hilos de sutura, grapas o adhesivos cutáneos. Se distingue por la ausencia de pérdida de tejido cutáneo (piel); cicatriza rápidamente (la epidermis se reconstituye en 7 días ,la cicatriz se consolida en un mes y cicatriza permanentemente en 12 o 18 meses). 
  • Herida quirúrgica con cicatrización dirigida (cicatrización por segunda intención) Esta herida se presenta con una pérdida importante de tejido cutáneo, cuyos bordes no se pueden unir. La herida, que se deja abierta de forma intencionada, requiere unos cuidados adecuados para que cicatrice. En el caso de una herida profunda, también se puede colocar un drenaje para facilitar la evacuación de algunos fluidos (sangre o pus, en particular).

Causas y complicaciones

Tenga su origen en una operación menor o en una intervención quirúrgica de mayor alcance, la herida quirúrgica sigue siendo una ruptura de la capa cutánea.  Tras la operación, determinadas situaciones pueden detener el proceso normal de curación, cuyas fases son las mismas que las de una herida aguda.

Entre los factores que pueden retrasar la cicatrización de una herida quirúrgica se encuentran:

  • Factores relacionados con la herida (infección, falta de suministro de oxígeno a la herida, hematomas, etc.).
  • Factores relacionados con el estado general del paciente (fumador, malnutrición estrés, diabetes, etc.).

Durante la fase de cicatrización, es necesario un control estricto de la herida quirúrgica y acudir al médico o a la enfermera en los siguientes casos:

  • Si la cicatriz sangra.
  • Si tiene fiebre
  • Si la cicatriz desprende un olor desagradable.
  • Si la cicatriz es dolorosa o dura al tacto tras una semana.

Tratamiento de las heridas quirúrgicas

El tratamiento de este tipo de heridas consiste tanto en minimizar los riesgos de infección como en lograr rápidamente una cicatriz que resulte aceptable desde un punto de vista estético. Los cuidados difieren en función del tipo de herida.

  • Herida quirúrgica cerrada con sutura simple (cicatrización por primera intención). La herida se cubre con un apósito protector y se limpia con agua y jabón o solución salina. Las suturas o grapas suelen retirarse pasados de 5 a 15 días. .
  • Heridas sin sutura (cicatrización  por segunda intención). Tras retirar el tejido muerto o desvitalizado,  el personal de enfermería utiliza apósitos para agilizar la cicatrización en un entorno de temperatura y humedad adecuado. Estos se cambian con regularidad, en condiciones asépticas óptimas.

¿Y después?

Con las heridas quirúrgicas se han de tomar algunas precauciones fundamentales, en especial en lo que respecta al tiempo de cicatrización:

  • Una herida quirúrgica debe estar cubierta con un apósito resistente al agua para permitir la ducha del paciente.
  • El paciente no debe realizar ejercicio físico intenso en los días siguientes a la intervención.
  • Seguir un estilo de vida saludable (sin fumar, beber y con una dieta saludable).
  • Evitar la exposición de la cicatriz al sol. 

Úlceras por presión

 

¿Qué es una úlcera por presión?

Una úlcera por presión es una herida crónica que aparece cuando se está sentado o tumbado durante un periodo de tiempo  prolongado ejerciendo presión sobre las zonas que soportan el peso. Esta presión que comprime el tejido entre dos superficies  duras impide que la sangre circule con normalidad, lo que reduce el suministro de oxígeno provocando daños en el tejido y, que como consecuencia provoca la aparición una herida. 

En el 80 % de los casos, las úlceras por presión aparecen en el sacro y en el talón, principales zonas donde descansa el peso de pacientes discapacitados o pacientes con movilidad reducida. La herida también se puede producir en codos, omóplatos o en la parte posterior de la cabeza.

Las úlceras por presión se clasifican en función de su profundidad y posibles complicaciones.

  • Fase 1 : Enrojecimiento persistente. La fase I de una úlcera por presión es la aparición de un enrojecimiento que no desaparece al ejercer presión sobre la zona. La piel aún no se ha roto y, por lo tanto, aún no es una herida.  En esta fase se recomienda comenzar con un  tratamiento específico para proteger y reforzar la zona de riesgo. En este caso, es aconsejable evitar masajear la zona, ya que podría agravar la situación.
  • Fase 2 : Erosión de la epidermis y la dermis. Ya se ha formado la herida, hay una pérdida de la capa superficial de la piel.
  • Fase 3 : La epidermis, la dermis y la hipodermis ya están afectadas. Puede aparecer tejido (negro) necrosado y costras. A tener en cuenta: la úlcera por presión siempre parece más pequeña en la superficie de lo que es a mayor profundidad.
  • Fase 4 : Úlcera por presión profunda. Puede existir necrosis profunda con posible afección de huesos, tendones y músculos.

Factores que fomentan la aparición de úlceras por presión:

  • Falta de movilidad y motricidad deficiente
  • Edad del paciente. A pesar de que las úlceras por presión pueden aparecer en niños, los pacientes de más de 70 años corren un riesgo especial.
  • Malnutrición
  • La calidad de la piel. Cuanto más final sea, mayor será la sensibilidad a la fricción, la fuerza de cizalla y a la presión.
  • La incontinencia, que provoca una humedad permanente y hace que el tejido se vuelva frágil debido a la maceración.
  • Falta de sensibilidad. El paciente (a veces por problemas neurológicos) no siente dolor y no tiene el reflejo de cambiar de postura. Además, el propio proceso de envejecimiento puede producir una pérdida de sensibilidad a la presión, el tacto y la temperatura.

Tratamiento de las úlceras por presión

El tipo de tratamiento depende de la fase en la que se encuentre la úlcera por presión (lesión reversible o irreversible), ya que esto afectará a la probabilidad de cicatrización de la misma.

Si existe una lesión visible, debería protegerse con el apósito adecuado.

Cuando están afectadas tanto la epidermis como la dermis, el personal de enfermería deberá limpiar y curar la herida, haciendo un seguimiento adecuado para evaluar su evolución.

Independientemente de la fase en la que se encuentre la úlcera por presión, el tratamiento se ha de iniciar lo antes posible

Con independencia de la gravedad de la úlcera por presión, lo primero que hay que hacer es eliminar la presión. Para ello se deben realizar cambios posturales del paciente cada 2 ó 3 horas, podemos utilizar protecciones locales o superficies especiales de alivio de la presión como colchones antiescaras, por ejemplo, que permitirán aliviar y distribuir la presión en las zonas de alto riesgo. El tratamiento debe ir acompañado de unas pautas nutricionales adecuadas y una gestión de las distintas comorbilidades.

¿Y después?

Sólo dos horas sin movernos son suficientes para que aparezca una úlcera por presión. Las siguientes medidas de prevención resultarán útiles a los pacientes y a  sus cuidadores:

  • Examinar siempre las zonas del cuerpo en las que es más probable que aparezcan úlceras por presión (zonas que soportan el peso).
  • Mover al paciente, y cambiarlo de posición con la ayuda de una enfermera o un fisioterapéutica si es necesario
  • Realizar un aseo completo al paciente al menos una vez al día y limpiar la zona perianal cada vez que el paciente vaya al baño. Usar productos que no sean agresivos para la piel.
  • Evitar usar tejidos áspero para secar la piel. No frotar, sino hacerlo a pequeños toques. Es muy importante asegurarnos de realizar un buen secado para evitar que la presencia mantenida de humedad en una zona macere la piel y provoque una úlcera por humedad.
  • Realizar cambios de sábanas y ropa de cama  de manera habitual.
(1) Referencia

Úlceras de pie diabético

¿Qué provoca las úlceras de pie diabético? 

Soin Plaie du pied diabétique

 

La diabetes no solo provoca un desequilibrio de la glucosa en sangre. También provoca dos fenómenos que aumentan el riesgo de que se produzca una úlcera de pie diabético:

  • Afectación de los nervios distales, especialmente con pérdida de sensibilidad. Como resultado, los pacientes no son conscientes de la presencia de heridas o lesiones con lo cual aumenta el riesgo de complicación e infección (úlcera neuropática).
  • Afectación vascular, que provoca la llegada insuficiente del aporte sanguíneo a la lesión (úlcera isquémica).
  • Además, podemos encontrar paciente con una afectación tanto a nivel vascular con neurológica dificultando el pronóstico de las lesiones. (úlceras neuroisquémicas)

En tres de cada cuatro casos, las úlceras de pie diabético están relacionadas con el uso de calzado incómodo, una lesión provocada a la hora de cortar las uñas de los pies, una quemadura/fricción o a fisuras/grietas en las plantas de los pies.

Cuanto más tiempo permanezca abierta una úlcera, mayor será el riesgo de infección. Esto puede llegar a provocar la amputación en casos extremos.

¿Qué es una úlcera de pie diabético?

Plaie du diabétique définition

Son lesiones que aparecen en los pies como consecuencia del déficit neurológico y/o vascular de los pacientes, suelen aparecer como pequeñas lesiones provocadas por un simple corte o por una rozadura debido al uso de calzado inadecuado,

Las úlceras de pie diabético pueden ser de tres tipos:

  • Úlcera neuropática. Estas lesiones se asocian a una perdida de la sensibilidad profunda y superficial. Puede presentarse con compromiso sensitivo, motor y/o autonómico. La ausencia de dolor conduce a traumas y microtraumas que no son vistos y por esto se produce la ulceración.
  • Úlcera isquémica. Se trata de una úlcera relacionada con un déficit de perfusión sanguínea como consecuencia de una enfermedad vascular periférica. Aparece principalmente en zonas distales como en las puntas de los dedos, en el talón o en el borde del pie. Son lesiones muy dolorosas que normalmente presentan fondos esfacelados o necróticos.
  • Úlcera neuroisquémica. Está relacionada a la vez con una neuropatía y una enfermedad vascular periférica. A día de hoy son las lesiones con mayor prevalencia. Estas lesiones comparten características tanto con las úlceras neuropáticas como isquémicas. 

Prevención de las úlceras de pie diabético

El 80% de las úlceras de pie diabético se puede prevenir. La clave para ello incluye un examen periódico del pie a todo diabético al menos 1 vez al año, educación del paciente en autocuidado, para que logre identificar precozmente la aparición de lesiones evitando mayores complicaciones, un zapato adecuado y un buen control metabólico.

Por ello es importante establecer el grado de Pie de riesgo. Esto se realiza mediante pruebas no invasivas de forma rápida llevadas a cabo por personal entrenado.

Los criterios a utilizar son muy sencillos: si existe o no afectación de la sensibilidad, si existe o no afectación de la vascularización, si se observan deformidades o prominencias óseas en los pies, antecedentes de ulceración o amputación, e incluso si existe úlcera activa en el momento de la consulta. 

Esta clasificación de riesgo del Pie Diabético nos dará intervalos de tiempo en los que deberemos acudir al podólogo para realizar un corte adecuado de las uñas, o cada cuanto tiempo deberemos revisar las pruebas realizadas en nuestra Unidad de Pie Diabético de referencia.

Gracias a esta visita médica obtendremos consejos útiles sobre cómo revisar los pies de forma diaria, cómo mantenerlos hidratados o qué características buscar en un calzado para que sea el que mejor se adapte a cada pie.

Si somos capaces de evitar la aparición de una úlcera o detectarla en el menor tiempo posible lograremos minimizar las complicaciones del Pie Diabético.

Tratamiento

En primer lugar, las úlceras de pie diabético exigen un tratamiento rápido y exhaustivo para minimizar el riesgo de complicaciones. Independientemente de su tamaño, la úlcera debe estar controlada en todo momento por un equipo multidisciplinar. El equipo incluye un especialista en diabetes, el médico de cabecera, la enfermera, un podólogo y un cirujano, quienes controlarán en todo momento el avance más o menos rápido de la úlcera.

Utilizar un dispositivo para aliviar la presión también es imprescindible. Con el objetivo de que el pie no ejerza presión sobre la úlcera o las zonas con alto riesgo de ulceración y, al caminar, se distribuya la presión de forma más efectiva con el fin de no agravar la herida.

El tratamiento local puede ser decisivo a la hora de optimizar la cicatrización de las lesiones, pero antes de tratar la lesión debemos de conocer a nuestro paciente y sobre todo las comorbilidades asociadas a la patología.

No vamos a tratar de la misma manera a un paciente isquémico que en un paciente neuropático o neuroisquémico.

Es muy importante conocer la fisiopatología de las heridas de Pie Diabético ya que hay factores muy importantes que pueden hacer que las heridas no evolucionen como es el caso del exceso de niveles de metaloproteasas.

El desbridamiento de los tejidos desvitalizados y de la hiperqueratosis serán cruciales para asegurar también un buen proceso de cicatrización.

¿Y depués?

El 70 % de las úlceras de pie diabético curadas vuelven a parecer en el plazo de 5 años.5 Por lo tanto, los pacientes diabéticos deben tener especial cuidado para evitar recidivas y nuevas ulceraciones, por ello, han de seguir algunas recomendaciones básicas:

  • Llevar zapatos aptos para la forma de su pie y siempre con calcetines.
  • No caminar descalzo.
  • Acudir a un podólogo con regularidad.
  • Controlar diariamente el estado general del pie (utilizar un espejo para inspeccionar la planta).
  • Controlar en todo momento los niveles de glucosa en sangre y seguir una dieta que minimice la diabetes.
  • Acudir a un podólogo para que examine los pies y las uñas (cortar/limar) y no utilizar productos para la retirada de callosidades.
  • Lavar los pies diariamente con jabón y agua, sin olvidarse de secar bien entre los dedos de los pies y utilizar una hidratante para mantenerlos suaves.
  • Evitar calentar los pies utilizando una fuente de calor (p. ej., una bolsa de agua caliente).
Referencias:
1. Setacci C, de Donato G, Setacci F, Chisci E. Diabetic patients: epidemiology and global impact. J Cardiovasc Surg (Torino). 2009 Jul, 50(3) : 263-73
2. Walsh JW, Hoffstad OJ, Sullivan MO, Margolis DJ. Association of diabetic foot ulcer and death in a population-based cohort from the United Kingdom. Diabet Med 2016; 33:1493–98.
3. Whiting, D. R., Guariguata, L., Weil, C., and Shaw, J. 2011. “IDF Diabetes Atlas: Global Estimates of the Prevalence of Diabetes for 2011 and 2030.” Diabetes Res. Clin. Pract. 94 (3): 311-21.
4. Évaluation des actes réalisés par le pédicure-podologue pour la prévention des lésions des pieds à risque de grade 1 chez le patient diabétique. 2018. Haute Autorité de Santé
5. Connor H, Mahdi OZ. Repetitive ulceration in neuropathic patients. Diabetes Metab Res Rev. 2004 ;20 Suppl 1:S23-8

Epidermólisis ampollosa o bullosa

epidermolyse bulleuse, maladie des enfants papillons

¿Qué es la epidermólisis ampollosa o bullosa?

Los pacientes con epidermólisis bullosa presentan ampollas más o menos grandes que contienen un fluido transparente. Se encuentran principalmente en los pies, manos y, en ocasiones, en las mucosas (boca, zonas genitales). Cuando se abren, las ampollas dejan la zona expuesta generando una herida de difícil cicatrización.

Existen varios subtipos de epidermólisis bullosa:

Epidermólisis bullosa simple, las ampollas o heridas se producen en la epidermis, la capa más superficial de la piel Se trata de la forma más común y los afectados suelen experimentar mejoría con el tiempo

– Epidermólisis bullosa juntural, las ampollas o heridas aparecen en la zona situada entre la capa externa (epidermis) y la interna de la piel (dermis). A nivel global esta es la variedad menos frecuente..

– Epidermólisis bullosa distrófica, las ampollas aparecen  en el estrato más profundo de la piel, la dermis. A medida que las sucesivas heridas van cicatrizando, la piel va quedándose más tirante y las articulaciones sufren retracciones, dificultando el uso de las manos y el movimiento en general.

Causas

La epidermólisis bullosa es una enfermedad rara genética y hereditaria. La provocan ciertos genes que afectan a las proteínas que garantizan la cohesión entre las distintas capas de la piel. Los primeros síntomas aparecen desde el nacimiento o durante la niñez.

Un pequeño golpe o una fricción suave (ropa, pañal, zapatos, guantes, etc.) bastan para que se formen ampollas en la superficie de la piel. Sin embargo, otras ampollas pueden aparecer de forma espontánea por el cuerpo.

¿Cómo tratar a pacientes con epidermólisis bullosa?

Por desgracia, no existe una solución para tratar la epidermólisis bullosa y los tratamiento que existen son paliativos. El paciente necesita un tratamiento generalizado para aliviar los  síntomas, el dolor y minimizar las complicaciones.

El tratamiento consiste en realizar la cura diaria o casi diaria de las ampollas y heridas con material de cura, apósitos no adherentes para pieles extremadamente frágiles, ayudando así a prevenir el picor y las infecciones.

En el caso de la epidermólisis bullosa juntural o distrófica, la cicatrización puede ir más lenta y la lesión puede convertirse en una herida crónica lo que requerirá un tratamiento específico.

Algunos consejos

La forma en la que avanza la epidermólisis bullosa varía significativamente de un paciente a otro y de una forma a otra. Por ello resulta fundamental acudir periódicamente al personal médico y de enfermería para revisión y tratamiento de esta enfermedad.

Las siguientes recomendaciones  le ayudarán, como paciente o familiar, a comprender mejor las consecuencias de la epidermólisis bullosa en la vida diaria:

  • Mantener el ambiente fresco, ya que el calor aumenta el riesgo de lesiones.
  • Utilizar apósitos y material de cura no adherentes a la piel
  • Elegir un colchón, sábanas y toallas suaves. Proteger el entorno de la cama del paciente para evitar golpes.
  • Utilizar preferiblemente ropa suelta de algodón sin costuras y sin etiquetas ni elásticos para evitar roces en la piel del paciente

Compromiso de Urgo con la Epidermólisis bullosa

Desde su creación la Fundación URGO apoya proyectos para mejora la  calidad de vida de los pacientes que sufren epidermólisis bullosa, así como la calidad de su tratamiento. También colabora con  DEBRA, asociación referente de Epidermólisis bullosa o piel de mariposa [www.pieldemariposa.es/] y  red global de sensibilización sobre esta enfermedad.

Trabajando en países con una elevada prevalencia y en los que el tratamiento de esta enfermedad apenas  está disponible o no existe, la Fundación URGO respalda iniciativas de colaboración  y apoyo con esta enfermedad:

  • Organización de cursos de formación para personal de enfermería con la ayuda de expertos.
  • Respaldo a las familias a la hora de trata las heridas y enseñarles cómo cuidarlas.
  • Financiación de equipos que permitan una mejor atención a los pacientes.

Para obtener más información acerca de esta enfermedad y  respaldar la investigación y a las familias: